- Me abraza la inconstancia ...
- ¿Te abraza?
- Sí (ni tú ni Freud me han entendido), a veces escribo, luego no puedo más, me hostiga hasta casi asfixiarme, me rindo, es como el amor.
- ¿Qué lo hace como el amor?
- Lo de siempre (¿y te habías comido el psicoanalisis para esto?, ¿conoces a Nietzsche?, sí el que mató a dios, pero Hitler no tuvo nada que ver). Alguna vez ¿has vivido en un sueño?
- No, ¿tú sí?, cuéntame ...
- Cuando ando, cuando sueno una melodía y cuando pinto. Hace mucho que no amo de la forma correcta, pero igual sueño. Me la paso más allá que acá, supongo que es menos hostil que todo esto. Y por allá nada me da asco, desde aquí el susurro, tu aliento, tu forma hipócrita de decir que te interesa mi caso, todo eso me aterra. Mi caso no te interesa, ni yo, si no lo que te pagan para curar. Así lo llaman, curar, el ser cura lo que no comprende, lo transforma. ¡A la mierda Newton! Ahora dirás: "es ira". Todo tiene una etiqueta, sabes qué, no me molesta, me enferma. Por eso prefiero irme y en mis ratos callados, con una linda chica al lado, ella me pregunta: "¿Qué haces?". Es demasiado pronto, linda, para entender a alguien que ya se fue. Tú solamente regálame los bienes terrenos, yo me encargo después de encontrarme la loca, que como yo quiera recostarse a jugar enserio. Una vez amé y ella también me amaba, nuestros cuerpos danzaban, pero no conoces a Nietzsche, ¿o sí lo había preguntado?, como la Maga, y ahora Cortazar, pasando de aquí a allá. Fantasticábamos juntos, nadie nos supo entender. Yo iba a dar mi vida por ella, cumplimos roles que jamás volveremos a cumplir y visitamos la Luna de vez en cuando, en Silencio, y esto sí lo comprendes porque es Freud y también Breton quizás. Cuando nos dejamos, porque nos quisimos tanto, (y este es Bruckner), supe que tenía que morir. Pero no morí, jamás te llevan cuando lo intentas y ella lloró pero de lejos. Entonces un lavado gástrico pero yo no supe entender, me pasaba horas visitando recuerdos de ensueño, cosas que jamás te sucederán porque tú sí entiendes que hay que trabajar, dormir y comer para volver a hacer lo mismo al día después. Fue cuando aprendí a ir más allá, despegarme del mundo, volar, ahora poco me interesa de la basura en las calles y de las guerras del sistema, me convencí de que no nací para esto. Es mejor vivir allá.
- ...
- ...
- ¿Ahora estás allá?
- ... ¿Por qué no cambiamos los roles?, yo seré el loquero y tú el orate. Pretenderé cambiarte el espíritu, volverte un poco más cuadrado, solamente hasta el punto justo, para que puedas "entrar en sociedad".
- No me gusta tu pesimismo.
- A mí tampoco la Dopamina.
- Está bien, te contaré mi caso. A diario, escucho los lamentos de mis pacientes, pero también sus ideales y sus miedos. Generalmente, la gente que tiene dos intentos de suicidio en el historial, vive deprimida, razón por la que, su aspecto es sombrío. Tú no, te brillan los ojos cuando hablas de amor y de los sueños, y esto es subjetivo hasta para mí. Según yo no estás enfermo, estás perdido.
- ... Maravilloso intento pero no juegas bien y has hecho trampa. ¿Sabes cual es el problema con ustedes? Mediante la ciencia no se llega al espíritu, ¿a cuántos has salvado? Creen que tienen las cosas en sus manos, pero no, yo me voy cuando yo quiera, y también el paciente trece y el que se cree la reina Isabel. El mayor error del ser humano es haberse autoflagelado las alas. Quizás en otros tiempos y en otras mentes tú habrías podido observarme el alma, ver lo que yo veo. Rimbaud lo veía y también Bovary, a su modo.
- Te gusta la literatura, por lo que veo ...
- A mí me gusta soñar.
- ¿No veremos mañana?
- ¿Tengo opción? Prefiero la rubia del segundo piso.
- No tienes opción.
- Dímelo cuando me vaya.
- ¿Cuando te irás?
- ...