lunedì 28 aprile 2014

La riqueza del Perú

Durante los albores de la historia moderna de occidente, un navegante italiano finanziado por los reyes católicos exploraba una tierra ignota, con una esperanza, en esa época utópica, de que el planeta tierra sea redondo. Años después, un analfabeto español junto a no más de dos centenas de ex-prisioneros pertenecientes a las carceles repartidas de todas las regiones de la Península Ibérica, capturan al reciente y no coronado emperador de los Incas, Atahualpa, junto a un ejército casi desarmado, el cual a penas, había concluido una guerra de sucesión de la cual había salido extremado. Los cronistas de esos tiempos mencionan como pago de rescate de Atahualpa, una habitación llena de oro y dos habitación llenas de plata que habrían sido entregadas al líder de la expedición, el señor Francisco Pizarro. Hecho que a pesar de acontecido, por artificies europeas que nuestro pueblo no conocía, tales como "el contrato", no fue pagado con libertad y el gobernante indígena fue justiciado, y los indios del imperio fueron condenados a ser culturizados por un libro grueso escrito en código ininteligible para los quechuahablantes, libro del cual, se valieron durante siglos, los líderes españoles para sus conquistas. Pues cómo iba a saber el mismísimo hijo del Sol, gobernador del imperio por derecho de sangre, descendiente directo de los doce Incas que recorrieron el Tahuantinsuyo en sus escasos cien años de vida, pueblo que conquistó a los chancas y otras culturas que eran temidas por su destreza en guerra y su agilidad animal, la cual desde la formación de el mismo, había permitido a los "Chasquis" entregar encomiendas a pie -porque el caballo también es un vicio europeo- corriendo de una ciudad a otra en el interno del imperio sin inmutarse si quiera. Esta raza fuerte y con jerarquía organizada no sabía de Dios ni de otras lenguas, y sabía menos de geografía terrestre que de astronomía universal, y así, no es de impresionarse, que hayan perdido ante la invención de las "novedades de occidente". 

Se comenzó a hablar así, en el viejo mundo, sobre las novedades del nuevo, decían que habían personas vestidas en oro como si fuese algohodón o seda, que habían Acrópolis a miles de metros del mar de distancia hechas de piedras esculpidas, de tamaños enormes, que pareciese debieron haber sido cargadas cada una por cien hombres, y que juntas esas ciudades a lo largo del horizonte formaban el rostro del dios Sol, se decía también de unos dibujos gigantescos en el desierto de Nazca, arte astrónomo, que hasta ahora algunos incomplacidos inocentes llaman "El aeropuerto de los extraterrestres", porque la única forma de divisarlos realmente es desde el alto, como volando sobre ellos; se habló incluso, tiempo después de minas tan fructíferas que habrían de quitarle el hambre al mercado europeo durante décadas, y siendo muy cuidadosos, aprovecharlas durante siglos, y de tierras tan ricas para el cultivo, que hubiese sido un pecado no hacer de esa basta región, una región "habitable" para los nuevos colonizadores. Esas señores eran unas pocas de las maravillas de nuestra tierra, tierra que hasta el día de hoy, y a pesar de décadas de ONU y pagos de deudas externas sigue siendo explotada por los líderes del mundo.

Díganme ustedes, herederos de las matemáticas orientales y perfeccionistas de la economía del derecho, si es razonable, que un país tan rico en recursos, hoy en día vea familias enteras con más de cinco hijos como núcleo, subsixtir con menos de cuarenta euros al mes. Ustedes, que conocen la pobreza tanto como nosotros, digánme qué de malo hicieron los habitantes del Tahuantinsuyo para tener que cargar con esa gran peso encima, de qué más nos puedes culpar, sino de no haber creado el suficiente armamento bélico sofisticado, ni poseer un cógido escrito con leyes y virtudes, que tanto han ensalzado en el viejo mundo. Por qué entonces, no se nos permite, hoy en día, la educación justa para demostrar y gritar también nuestros valores al rededor del mundo, para demostrarle al mundo, el ocaso de la realidad, ese mundo espectacular e imaginario que es mi país, con las fantastiquería de la que hablaban los más grandes poetas europeos y sin tener que esforzar la imaginación, ¿por qué no?, por qué no tenemos esa propaganda de la que se valen los demás países como ustedes para demostrar que la historia es suya, para ellos y hecha por ellos.

Una florentina, de gran corazón, conocedora de la historia del Perú, aunque de forma muy superflua, me preguntaba una vez, después de habernos amado hasta el alba y yo haberle explicado que el Realismo Mágico latinoamericano no tiene nada que envidiarle al infierno de Dante y que Vallejo, yace en el MontParnasse alejado de toda su generación y de aquella después que ensalzó al Indigenísmo como Nievo ensalzó acá, hace ya muchos años, la vida del campo, así vimos a Arguedas quién se tomó el tiempo de escribir en Quechua y en Español sus obras, en uno de esos intentos fallidos porque se resuelva ese dilema que hasta hoy nos mantiene alejados a los peruanos y faltos de identidad: "El dilema del indio". Me preguntó pues, porque si todos tenemos héroes, los cuales conforman la identidad del patriota, como Italia tiene a Mazzini y Latino América su Bolivar, a quienes podría yo considerar los héroes de mi país, y con tono bastante animoso le respondí que aunque Tupac Amaru II, mestizo noble condenado a ser descuartizado por las fuerzas motoras de cuatro caballos amarrados a sus extremedidades, por el hecho de haber pretendido revelarse ante el Virreynato de España, fuese tan gran ejemplo para mí, como lo fue José Olaya, chalaco moreno quién era capaz de nadar desde el Callao hasta La Costa Verde y viceversa, capturado como prisionero de guerra durante la lucha por la independencia dispuso a comerse la carta que contenía los planes estratégicos de los "insurrectos" en contra de los invasores, y prefirió morir, antes de decir una sola palabra sobre la faena; Oh!, noble amada, proseguí, para mí héroes son también los peruanos del hoy, tanto como los de ayer, gente que sobrevive con lo poco que tiene, creando arte donde no lo hay y armonía en donde hace tiempo ya se perdió, gente que está de buen humor, aunque estén por morir de un cáncer terminal, gente que te sabe contar un chiste después de cada lavado gástrico, gente que lucha y se nota, y jamás dan la espalda, Oh! inocente florentina, si ustedes que son también sabios de corazón y de mente, pudiesen ver la desgracia en la que hoy está sumida "La cuna de oro", dejarían de llorar su denominada "crisis", y de quejarse por ella y comenzarían a ingeniarselas para buscar, como nosotros, la manera de no morir, y de resurgir con una sonrisa en el rostro, que aunque con falta de apoyo, no nos acabamos de rendir.

Ustedes, la cuna del Renacimiento y de la Ilustración no están tarde para volver a ser los dueños del mundo si eso es lo que desean, pero a nosotros, repetidamente me pregunto en lo lejano, personas sin acceso a la normalidad de la vida, qué nos traerá el destino; si la única riqueza que nosotros podemos ofrecer son sonrisas y nacimientos prematuros, mas no dinero y lujos, si lo que tenemos para dar, son poetas ilusos poco experimentados y poco ovacionados como yo, que no solo buscamos un camino que nos lleve a ser grandes intelectuales, sino también una forma de devolverle la razón de su existencia al país. Nobles señores, de la aristócrata "Serenissima", de las pinturas florentinas y de los grandes reinos de las dos Sicilias, artistas, escritores, arquitectos, país que aprendió con los años y a los años les saben dar, enseñennos la maravilla del desarrollo y nosotros a cambio les daremos los secretos más profundos de la FELICIDAD.


Nessun commento:

Posta un commento