Questi sogni con te mi stanno uccidendo piano piano, peggio ancora, molto lentamente. Mi stanno torturando con il repentino apparire della tua immagine, quando non ci sei, e quando ci sei, mi torturano con delle scene che raffigurano i nostri baci sotto la pioggia. Mi torturano perché sono soltanto dei sogni, sogni e nient'altro, mi torturano perché paiono così reali. Ieri, ho toccato il tuo volto, lo puoi immaginare?, nonostante il discorso dello spazio personale, ma la cosa peggiore è che tu mi dicevi "amore". Mi sono svegliato così felice, ma in pochi secondi ritorni ad essere te stessa, così lontana da me, tu, tutto un'altro mondo cosi estraneo al mondo che sono io, mondi diversi precisamente posizionati per tutto tranne per amarci. Mi stanno uccidendo ti dico, l'altro ieri ti ho fatto l'amore e tuttavia al mattino dopo, mi vergognavo di salutarti, di domandarti, di fare tutte quelle chiacchiere che di piccole non hanno nulla, e di notte, catastroficamente, amarti come se fossi veramente vicino a me, come due vite diverse: "qua e là". E ovviamente io preferisco di là, ma non tutto è così "Supino, di notte", magari potessi andarmene a quel altro posto dove posso amarti lasciando questa vita in cui non sei al mio fianco, ma non lo farò, sopratutto perché non mi piacciono le bugie. E tutto questo è una bugia, i sogni, non mi uccidono, i sogni mi mantengono in vita, cioè che mi uccide è il fatto di averti intorno e non essere in grado di accarezzarti, anche il fatto di essere uno stupido ex-Casanova facendo finta di essere la persona più neutrale dell'universo. Che cosa detestabile!, questa mattina baciarti e domani al pomeriggio scoprire che non era vero, dovere limitarmi ad osservare (perché è quello che faccio), confinarmi ogni tanto ai tuoi occhi e augurarmi di continuare a sognare, e pregare affinché questo sentimento svanisca, perché esso finirà per farmi impazzire.
venerdì 22 novembre 2013
giovedì 21 novembre 2013
De la soledad para ti
Hace mucho que no vivo ninguna historia, ni tuya ni mía. Ya no es mi tiempo, lo sé, esas cosas solo se dan una vez cada ciertos años. Si lo desperdicié no tengo idea, si lo aproveche, pues ¡qué bien vivido! Ya no recuerdo cuando fue la última vez que lloré escuchando “Sailing”, ya no recuerdo cuando fue la última vez que sentí que estaba amando de verdad, que alguien giraba a mi al rededor por todo el mundo. Ya no recuerdo casi nada de los paseos de la mano en el parque, no recuerdo de qué hablabamos ni cómo lo hacíamos ni en qué circustancias. Ya no recuerdo cuánto me dolía cuando me fallabas, salir corriendo de una casa ajena, golpeando puertas, maldiciendo la estupidez con la que mi alma se tendía bajo tu risa. Ya no recuerdo cuántas sorpresas nos dimos, de seguro ni las esperábamos, estabamos simplemente ahí, y de pronto, todo parecía iluminado, la ilusión se alimentaba, todo comenzaba otra vez. No sé hasta qué punto podría seguir muriendo de soledad sin morir de verdad, lo que sé es que extraño lo que fuese que sea que me daba ese motivo, muy a parte de mi carrera y mi orgullo, ese motivo de andar sin cuidado por el mundo, sin pesimismo, riendo de todo y jugando a ser dios, contando siempre con alguien, alguien que pensamos, nunca fallaría y qué bien que lo pensamos, porque cuánto andamos sin miedo por esas épocas. Ya no sé qué es abrazar a alguien aferrándose hasta su conciencia sin ganas de soltarla, queriendo estrujarla con dulzura y besos rosa, no recuerdo qué es estar tan cerca de quién más se añora a cada segundo, cual es la dicha que se prueba tocando esa piel, cambiando miradas, definitivamente ¡la soledad me está matando! Lo peor es que no sé qué elegir, nunca sé qué elegir, estoy en búsqueda irremediable de algo abstracto, cuando lo sepa te contaré, no me decido, jamás me he decidido bien. A veces me pregunto si es parte de la vida, entonces, todititos vivieron este momento lúgubre en algún momento de su vida, pues si es así, ¿cuánto más durará? Y si no es parte de la vida, ¿por qué a mí? Si hay tantos rotos con descocidos, si las naranjas encuentran sus limones y viceversa, ¡no entiendo nada! Es obvio, es más dificil cuando se recomienza, pero ¿hasta cuando? El frío me hace recordar que estoy solo, el tren, la universidad, la casa vacía, las personas mismas, me hacen sentir que no estoy, tal vez no estoy, soy un espíritu más, maldecido por su soledad, destinado a no estar entre la gente, destinado a desaparecer con mi vaso de wisky y mi canna en la boca, con mi libro en las piernas y mi mirada de “yonofui”.
mercoledì 20 novembre 2013
Amor adolescente
domenica 17 novembre 2013
Dejemos hablar a los genios (A mi abuelito)
Estar ahí y sentir que llueve por dentro... No es como dicen, en realidad, no es como quieren creer, tampoco como creen. Todos piensan que pueden sentir como tú, darte algún tipo de fuerza a través de frases que practican una y otra vez, y no lo logran. Algunos poco bondadosos de alma, de seguro habrán pensado: si no llora, no lo quiere. Si supieran...
A veces yo mismo me pregunto el porqué y es que se tiene que ser fuerte cuando se debe de ser fuerte, muy aparte, mi cabeza ocupaba al 100% recuerdos mal gastados, era peor en mi lugar, yo lo vi sufriendo y quería que no sufra. En esa reducción, en ese absurdo estado, con el orgullo que corre -aquel poco que queda- y se vuelve más poderoso, yo también hubiese preferido irme, largarme de la humillación de este cuerpo que no tiene nada más que ofrecer. Sin embargo, todo fue tan repentino, tan defasado de época, de los discursos de historia y política, nos pasamos en un abrir y cerrar de ojos a los pañales, las visitas esporádicas, las lágrimas y el adiós.
Es claro, no lo sabrán hasta que pase; yo lloré su ida dos meses después y lo digo con orgullo, porque la lloré como tenía que hacerlo, cuando precisamente sentí que no podía seguir siendo el más fuerte, porque sin él mi mundo se había venido completamente abajo, y no señores, no hablo de bienes materiales, los cuales por supuesto me hubiese ofrecido sin pensar, estoy hablando de algo más grande, de quién en verdad por esos tiempos me preguntaba cómo estoy, de quién me esperaba por las noches preocupado a que regrese, y yo cuánto me odiaba cuando abusaba de su confianza, pero ya ven como son los adolescentes, yo no entendía de eso, me costaba rechazar la libertad que me había ganado, esa libertad a medias que junto a sus palabras eran mi mejor terapia para no morir, para no caer en eso que muchos de mis colegas extemporáneos caían, sobre todo los malditos.
Yo sí que sentí su ida, yo no esperaba que un pésame me mejore, hubiese preferido no escucharlos a todos, lo hubiese enterrado yo mismo y me hubiese ahorrado las absurdas palabras dichas en el discurso de uno de sus tantos ex-compañeros, para mí no valían nada. Yo lo hubiese inmortalizado si me lo hubiesen pedido, a lo sumo, si mis bolas hubiesen sido más grandes, pero ya me ven, esclavo de mi cobardía, tener que reducirme a argumentos insulsos, aun peor, a las personas que envés de llorar su partida lloraban su actual soledad que ni acababa de empezar con tal egoísmo que hasta ahora me cuesta creerlo y me causa repugnancia.
Me criticaban muchas cosas como si aún fuese un niño, que curioso que él hubiese tildado de niños a los que me criticaban envés de a mí. Él depositaba un infinito de confianza en mí, reconocía mi talento -la única persona que lo hacía por esa etapa de penumbra-, pero esas confianzas no nacen de la noche a la mañana, esas se ganan, yo le había devuelto su niño interior y él me había devuelto una familia, ambos eramos una razón de vivir, cuando yo lo había perdido casi todo y él tenía de sobra lo aburrido, no entenderán, ni siquiera saben de la complejidad de sus pensamientos y su ceguera limitada a ver en mí mi bohemia y nada más no les dejará saber lo que yo, ni lo que él.
Quisiera haber podido tener el dinero y haber terminado antes del siniestro, porque eso era lo que él deseaba con el alma, porque si después de los fracasos en quienes había confiado, nadie más en su vida podría ser como él o más, existía todavía yo. No lo hirieron como creen esas noches de desvelo, no empeoraron su caída, le di al menos un motivo de vivir y me dio también a mí un motivo de seguir viviendo, tal conexión no se consigue así nada más: "con tal que estudies". Porque era de brillantes para brillantes, una herencia que a base de sufrimiento y libros, ¿qué sabrán?
Qué estúpido teatro el que se formaba en mi vida, mi sonanbulismo, mi anciedad, mi paranoia: mi soledad. Para curarme solo estaba él y es obvio, me arrepiento de no haber estado ahí para curarlo yo a él. Aunque todos sabemos que no hubiese podido y además, eso a él no le hubiese gustado: "los genios no hacemos eso". Pues los genios tampoco nos enfermamos de tal manera, preferimos la muerte, habrás pensado. Puedes estar más tranquilo, pues hice caso absoluto a todos los mensajes implícitos que a lo largo de mi vida me diste sin decirlos, incluso las indicaciones del final, cuando la despedida. Seguí estudiando, quizás no en Perú, pero en Padova y ahora al menos veo también a mis hermanos; el ligero cambio de carrera no costará caro, casi ya sé la historia tanto como tú y desde varias perspectivas, intentaré sobrevivir por un tiempo acá, gracias por cuidarme cuando no estoy muy conciente, aunque no lo creas, yo siento tu presencia. No te preocupes, llevaré conmigo mi diploma y seguiré siendo así de altruísta con el conocimiento y de liberalista, y un poco bohemio aunque no te guste. Ten fe, la meta no ha cambiado, solo los planes se desviaron un poco y veamos cuánto más lo hacen, hasta volvernos a ver. Gracias infinitas por el ajedrez en las noches, por el rompecabezas mucho antes, por tus historias de amor, por tu confianza y gracias por ayudarme cuando creía desaparecer.
PD: Saluda a mi otro abuelito, a quién no conocí, quizás soy muy ingrato, pero es que no tengo el recuerdo que deja cariño consigo, espero le hagas entender. Hasta pronto.
La Magia
Así pues, me amabas, aunque sabías que iba a soltar por ahí -inevitable en algun rincón del hogar, en ese nido de pétalos cuadrados- alguna de Saffo, y aunque no sepas quién es, te gustará. Y me hablarás de lo torpe que fuíste cuando el profesor te recalco en frente de toda la clase que la pronunciación de "qu'est ce que" es "Kesk" y no "keseke" como habias pensado durante meses (tú y tus neologismos italianizados). Y yo te diré que en la fonética y los acentos y ya sabes lo demás, o parece que lo supieses, porque no lo escuchas, te limitas a observar mi mirada y el movimiento de mis labios, como queriendo trascender y llegar hasta las cuerdas, contárles que, la e y la o, son también distintas en italiano, que no son castillescas como mi lengua, y asientes como testigo ausente, luego me besas y de qué forma, parece que mi manera peculiar de expresarme enciende tu sexo, resuelve cierto pacto del qué diremos y actúa como por instinto a una estimulación sonora y que bien lo hace, pero te detendré para que me hables del libro que te regale y dirás que Samsa es repugnante y yo te diré que su familia es aun peor y no sabrás qué decir, porque a tus ojos, la apariencia...
Ya sabes que te resondraré con una lluvia de cosquillas y de besitos cerca del vientre, por eso aún no terminas de leerlo, por eso cuando te enseñé el alfabeto de Lynch solo querías saber que era grotesco y nada más, te traumatizaste de por vida y hasta ahora desistes en cualquier intento de ver algo que sea de él, esperando tus besitos tendida en la cama. Ese trauma despertó un par de noches después a una fiera indomable, una cara que no me habías enseñado de ti, como cuando luego de fullmetal jacket te decidías por un orden absoluto en la posición de las cosas, lograste que en la repisita enclenque quepan los hugo boss y las recetas médicas para el valium, ojalá hubieses también encontrado las de la marihuana. Me pedirás que te haga el amor y yo me preguntaré a dónde se fue todo tu pudor, ese que andaba por ahí con tus trece, esa vergüenza ajena de ver cualquier otra desnudez, y la duda, quedará sin respuesta, porque inmediatamente te diré que sí y te desvestiré sutilmente entre nubes de color rosado y esa canción de liberación que tanto te gusta, y esta vez no, no discutiré sobre la valía de la música electrónica como arte, porque esta es la escena importante y esa no se puede reemplazar, entonces, luces, cámara y accion.
Me encanta tocarte, repasarte una y otra vez como si te estuviese volviendo a crear, te dibujo y luego inevitablemente te pinto de deseo, te pinto de rojo y me pongo los cuernos, y tú me muestras los estoques que yo no quiero ver y me hundo, me hundo en tierras que creo conocer, me hundo en la ilusión del regocijo. Lo sé, siempre lo has hecho, comienzas a preguntarte si en todo ese acto divino, en algún momento, pensaré en ti, si de entre todas las novelitas, las pinturas surealistas, las películas modernas y la concepción del rock, te encuentras todavía ahí, te preguntas si hay todavía un espacio pequeño, un tanto diminuto, a través del amor, del coito, de la resurección, en dónde quizás, aparezca tu nombre (has dudado tanto), y a mí me gustaría tanto responderte que sí mientras me adentro en tu sexo y rozamos las lenguas, que no solo eso, que hay un mundo entero lleno de edificios con tu nombre, con tu forma de ser independiente y tu confusión artística pintarrajeada en las paredes, en ese mundo, en el que tú eres el centro y también los límites, te encuentro en mis sueños, cuando a veces no estás y cuando estás también, porque es casi indivisible conmigo, es un mundo tú, toda una forma distinta de ser, una religión que abarca a las demás, ¡qué Jesús ni que Maitreya!, tú creas y das, tu sedes por sobretodo y sedes a mí, al mundo yo. Pobre psicología, si te conociese, si hasta ahora creen conocer a alguien, pero ya sabrás, tú eres especial, eres mi loquita a domicilio, que Psicoanalisis del cazzo, ni que YO, que te estudio un millón de veces al día y nunca logró deducir qué dirás, aunque todo esto no te lo creas (dirás que siempre he sido así, que lo hago solamente por el bien de las palabras y de mi ego, nunca en realidad creíste que algo lo hacía por ti, ojalá alguna vez lo hubieses sabido), y bajas casi a mis rodillas con la lengua sedienta, porque también tú tienes el derecho, porque no te comiste los regaños de tu madre y la filosofía de Spinoza en vano, porque estás hinchada de Les fleurs de qué, "iu", amor, no "u", porque a pesar de saberte mi diosa, dudas aún de tu grandeza, y lo tomas con tanta inpanciencia que veo en ti la fiera que tomo de los cabellos y quiero volver a penetrar.
Tú corriste hacia mí para endulzarte de pecado, muy aparte de tu interés intelectual, muy aparte de tu ignorancia que te gusta preservar (esa cabeza estancada de quién sabe qué shows), muy a pesar de mis críticas, porque en tu diccionario yo y amar es lo mismo, tú corriste a mí porque cuando nuestros cuerpos se juntan no se despegan, se llevan incluso mejor que nosotros, tú viniste para amar, para que luego de que lo hayas saboreado te ponga de espaldas y recomience mi proceso, esta vez con más vigor, y me pidas más y nazca tu lenguaje-intimidad, ese que me confiaste luego de un par de botellas de Mártin, y con ese lenguaje nazca la malicia que es tan deliciosa, me desgarres con los dientes los dedos y te pongas a gatear como una niña, todo tan perfecto, tan coordinado, cada vez con más locura y velocidad, y de esa misma forma, tan veloz y apurada, me has de dejar por la mañana, cuando vuelvas a los 4(20)(2) y la fuente ovejuna, y te preguntes el porqué un vez más, y a pesar de que tu cuerpo estará ahí, tu espíritu continuará acá, haciéndome el amor y yo, luego de pintarte y de exponerte en poesía lo que no te enseñaron los cinco años de liceo sobre il dolce stil nuovo, desgarraré tu piel, jugaré con las plumas que andan en tu dentro, saltaré en la cama para verte sonreir, esperaré a que termines de interpretar Les miserables, porque es la única parte del arte que te gusta (no sé si lo haces por actuar o por el maquillaje, pero te sale espléndido, sobretodo cuando haces de Beatrice), casi tan espontánea, que me enamoro todavía de ti, y te veré, a través del sol para terminar lo que hace algunos años comenzó, y nos iremos durante la noche -y no terminaremos jamás- muy cerquita a la luna, en dónde el mar canta y la arena es el mejor toilette.
Iscriviti a:
Commenti (Atom)



