giovedì 19 febbraio 2015
Biología de la adicción
Mi cuerpo se despertó con ganas de fumar, no fui yo, lo juro que fue mi cuerpo, si yo ni siquiera extrañaba la acción y anoche (si se puede decir anoche al lapso de tiempo que pasa de seis de la mañana a dos de la tarde) soñé con mucha marihuana, aunque también soñé con ella, ¿quién sabe por qué las relaciono tanto?, quizás porque me gustan ambas con una intensidad desmedida y algo en mí -como mi conciencia- me trata de convencer de que no son más que veneno. Pero el hecho de soñar ya es bastante grave, me sentí como cuando por falta de sexo se me da por tener sueños húmedos; bueno, dos cosas a tal punto eran ciertas: me faltaba fumar y, no sé si más o menos importante, me faltaba ella. Llamé a Paco -por las puras francamente-, anduvimos por horas buscando hierba, nada que ver con este país hipócrita que no la legaliza, se ahorrarían tantas cosas y ayudaría a crecer su tan mediocre economía. Encontramos a los negros; sí, de esta parte del mundo son más lo africanos quienes se dedican a despachar estas cosas. Un producto de mierda, todavía tuve que exigir -algo que odio hacer- para que me sirvieran lo adecuado; ahora nos acabamos el "combo" y nada que ver; en Lima se encuentra mejor y más facil, ¡cómo extraño mi país carajo! Ella estará por allá sin estos problemas de si sí o no cuando llueve muy fuerte, o de si haya algo abierto después de las ocho; amando bajo ese calor -reconozcámoslo- una se olvida fácil de mí; comiendo esa comida, ufff, ¿quién mierda se fuera de allí?, aquí estamos los huevones, por pensar que Europa y el arte y esos cuentos que nos metieron los artistas latinoamericanos, y también por nuestra estupidez, por pensar que París es Europa, por no saber que París es único en su especie y que ni Venecia ni Roma, ni Barcelona ni Madrid, ni Francoforte ni Londres son París. Los resultados son tangibles: mala hierba, tabaco a precios altos, leyes hasta el culo, universidades descuidadas, adicciones interminables, lluvia infinita, frío desastroso y cuántas rémoras más que no acabaría de describir; pero sinceramente, nada de todo esto me podría haber dolido más que el hecho de no estar cerca a ella. Mejor me vi una película para no pensar en todo lo que me está quitando Vicenza y en todo lo que se están divirtiendo por allá, mi promoción escolar, mis amigos del barrio y de la universidad -que para variar- suben fotos al Facebook diariamente de lo bonitas que son las playas y las discotecas en la costa del Perú y en otras partes, sin este frío que quema, sin esta gente que aburre; una de Kubrick por vez 'cuchumil', me gusta tanto como juega con las cámaras aunque ni idea tengo de los nombres técnicos de sus tomas, pero normal, tampoco tuve que aprender teoría para darme cuenta de que Gabo es el único regionalista latinoamericano que es leído en todo el mundo. Pero nada me resuelve Kubrick, ni siquiera la hierba estafada; así que después de tanto hueveo, me toca un poco de lingüística, digo, por algo estoy aquí, la bendita universidad, y lo peor es que cada vez más, me convenso de que a ser escritor nadie te puede enseñar, yo mismo, encerrándome con filosofía moderna y algunos de los grandes por tres meses, haría más progresos en mi arte que con mis tres años de universidad, pero ya saben, si no es convención es tendencia, en mi caso es el plan b y para que nadie me joda con que no tendré un buen trabajo si sigo pisando al vacío. La lingüística me aterra, la entiendo pero no la memorizo y mi examen es el martes, y es increíble como después de cada párrafo y poco a poco, me revuelven la cabeza las imágenes que hasta ahora no recordaba de ella anoche; es como si este pedacito de lucidez que consigo cuando estudio, me haya sanado tanto la cabeza que hasta mis sueños me hace recordar, en una suerte de confusión de argumentos tan loca como mi ex. Entonces: la categoría de las lenguas flexibles, a la cual, pertenece el italiano, se diferencia de tres distintas categorías y que hermosos son tus ojos cuando brillan y me hacen pensar en un universo dentro de ellos; tú no eres una isla, eres un mundo lleno de amor y de las lenguas del tipo SOV son las más frecuentes de las casi siete mil lenguas del mundo, seguidas por las del tipo SVO, entre las cuales el español, y de la suave forma de tu andar en esa ¿fiesta? en la que te seguía como un perro, como jamás lo hice, para decirte que te extraño. Bueno algo así, sucesivamente por toda la noche, hasta que mis ojos se cansaron pues otra vez las seis, y el texto, de tanto ser confundido, ya piensa hasta él más en los labios de ella que en las lenguas indoeruropeas, y de seguro también la imagen de ella está cansada de ser evocada cada cierto tiempo por mi conciencia sin encontrar más iniciativa que mi recuerdo, entre marihuana y Kubrick, entre lingüística e Italia; sin saber que las personas como yo, no necesitamos decir que amamos para creerlo, y que al contrario, mientras menos lo digamos más sentimos, y vamos, no se haga la tonta, que en este idioma mudo nos diplomamos los dos ya hace tiempo.
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