martedì 31 dicembre 2013

Cartas a Cèline I

Madame Céline, la de mi fatigado corazón cuando las pesadillas o una apasionada posición en el lecho, me habrás de perdonar algún día desde esa neblina que llamas casa y habrás de salir durante lluvias de juguete, como si nada, y me recordarás. 
No te escribo porque me gusta tu vientre o tus delicados senos que saben llorar, bien sabe dios que a tu ojos más he amado que al farsante ego tantas veces reprochado del que me jacto sin pensar, ¡qué niño he sido! Te escribo para contarte del país en donde no existe el día, en donde nos levantamos de noche con olor a tabaco y manejando los cuerpos desde el fondo, nos escondemos y andamos por el mundo bajo la luna a medias, bajo cinturas y gabardinas, bajo una capa de mediocridad.
Céline, quisiera preguntarte si por la tierra de azfalto ya subió la marea, o acaso, los colores de plata ya cambiaron sus tonos. Céline, ¿no te hago falta en tu pieza?, mi aroma de niño, mi tablero de vidrio. Céline, a esa calle vacía de nombre precursor , ¿no llegan mis fantasmas helados? Céline a las doce la muerte estará en la escalera y para mi defensa solo cuento con alcohol y pesadillas, pesadillas que me despiden con rechazos de la dulce vida que cada vez más lejos está, me cuesta tanto mirarla, Céline. 
Céline desde aquí se ven tres hogueras, para una me esforcé, no te lo niego, y todas llegarán, siempre todas llegan, uno no causa su incendio porque sí, Céline, uno quiere quemar o ser quemado, es simple. La otra vez el balcón me excedió con pastillas, la otra vez en mi cama, me observaba desnudo, Madame Bathory. Querida esto solo sucede aquí, en dónde los prados son verdes y huelen a sal, en donde palacios y castillos hermosos saben a sangre.
Oh querida, Céline, afuera hace frío y no es por tu ausencia. Tú lo solucionas con chocolates y Rimbaud, ¡ya vez que te conosco!, yo lo resuelvo con wiskhy y Polanski, y nunca es tan entretenido hacerlo de uno. Céline en este lugar todo se hace de uno, los diálogos son siempre con uno mismo, las fiestas son solo las sombras de mí, las calles, espejos petrificados, reflejos descuidados y mal disfrazados de mí.
Tú no sabes, Céline, tú todavia criticas fervientemente los complejos de tu fúnebre región, tú todavía reniegas de la política ignorante, tú piensas que el mundo se acaba ahí y que equivocada estás, Céline, el mundo de esta parte está mucho peor, son almas pasajeras bajo lluvias torrenciales, son robots programados para ser esclavizados, son sonrisas de mentira hechas de máscaras de Fawkes, son ausencia de motivación eterna, búsqueda de razón de vivir interminable, son víctimas de valium y otras porquerías, adictos al trabajo, a las ganas de llorar sin explotar.
Tú no sabes, Céline, tú todavia exiges que a Kafka lo dejen a tres soles y te olvidas de mí, pensando en el París con aguacero y en mis sueños de artista qué cumplir, tú todavia me amas, Céline, tú te sacrificaste por los dos, me regalaste a Cortázar y yo lo desperdicié, y envidias que mi vida sea perfecta sin ti. Qué equivocada estás, Céline, si vieras que yo soy ya uno de ellos, que me hechizaron para comportarme como en su ritual, si supieras lo estúpido que es todo esto, que Dante es suicida una vez por infierno y lo absurdo me enamora cada día más sin querer.

domenica 22 dicembre 2013

El gran suicida

Desde los más recónditos rincones miraflorinos, desde los antiguos y vistozos cafés barranquinos, incluso desde los edificios pálidos del ex-tan-aristocrático centro limeño, en fin personas de todos los alrededores asistían como al teatro o al cine esta vez al parque María Reiche, a estos tantos, se les adherieron varios transehúntes que iban al trabajo, los ciclistas amantes del medioambiente y la gente de mediana edad que suele hacer footing por las mañanas, ya que en cuanto veían el tumulto de gente emocionada, se acercaban como encantados por un hechizo, ¿de qué se tratará?, se preguntaban, la curiosidad mató al gato se les podría decir pero no, pues no lo mató, porque enseguida, preguntando, se dieron cuenta de que lo que verían, sería un evento que ningún peruano, italiano, francés, mundano, cristiano, alien, zombie, homomorfo (aunque esta palabra no exista), etc. debería de perderse.

Paco pasaba en un vehículo muy parecido a una motorino (util, sobretodo, para ir a su trabajo de medio tiempo en la cadena de restauranes Chillis, además de eficiente para cortar caminos hasta su universidad, que quedaba entre los límites de San Miguel y Jesús María), admirado al ver la multitud pensó en detenerse a curiosear también él, aunque una duda corría por su mente, puesto que si se detenía a mirar, a parte de llegar tarde allí en donde las hamburguesas son el pan de cada día, podría también caer en una decepción, la gente se maravilla de estupideces pensó, quizás algún cantante chicha o una pareja de la farándula choliwoodense discutiendo, entonces un pensamiento lo llevó a otro, y el otro a otros, infiriendo por una locura de su imaginación que la dama de la posible pareja lorcha podría haberse querido suicidar (después de todo había una gran vista de alcanze inmediato), se interesó así cada vez más en el asunto y cuando estaba por terminar su recorrido con vista al parque, se decidió por volver a chismear lo que todos ya estaban chismeando, siempre, claro, con el pensamiento de que si es un estúpido chichero tendría que darse un par de autogolpes (no tenía idea de cómo), aparte del gritón que se ganaría de su jefe POR LAS PURAS.

Todos los asistentes del María Reiche, en ese momento se disponían a mirar una esquina imaginaria, precisamente, pasando la barrera de cabezas, después de esa imitación del mono nazqueño, pero, por qué, la incógnita casi lo obligó a ser resuelta, arrastrándolo a dejar su motorino mal estacionada. Enseguida, pasos certeros, nada delicados, el permiso entre la gente, las disculpas de vez en cuando, hasta llegar a donde estaba más condesado el asunto, entonces al llegar a su posible meta, suelta la pregunta, al mismo tiempo su vista hacía ciertos esfuerzos que no lo ayudaban a diferir entre ¿el cantante chicha o una estatua?, ¿paracaídismo, parapente?, a caso, ¿recital?, sucidio, sí, por fin suicidio y estas cosas sí que le habrían de intersar, el único problema realmente filosófico en la vida, ¿o era el único real problema de la filosofía?, mientras le respondían tres o cuatro voces a la deriva que decían, él es Fernando Faith, pero quién era Fernando Faith, ¿el chichero?, ¡rayos!, ¡centellas! y lo demás, mejor me voy, pensó, pero antes de que exprese su queja verbalmente y se vaya, algunas otras voces por ahí dijeron, ¡se va a tirar!, y denuevo a su mente, el suicidio, y una pequeña sonrisa pintó el gris que hace un segundo había demostrado su rostro, por ahí se le ocurrió que no era un suicida cualquiera sino un suicida famoso, no pasó mucho para que su ignorancia sea iluminada, puesto que la gente habla, y es así que tenemos los cuentos, y es así que en algún momento tuvimos la poesía, mucho antes que el lenguaje escrito, entonces solo dos minutos después había casi reunido las piezas del rompecabezas biográfico del suicida en potencia, resultaba pues que Fernando Faith era un escritorsucho (este menosprecio era típico de Paco) de libros de apoyo, autoayuda, en fin, una estupidez confrotándolo a los clásicos que Paco solía leer, convenciéndose una vez más de que el Perú es estúpido y más aun, la Norteamerica por haber hecho famoso a un tal fantoche de gran densidad, pero eso no era todo, en el fondo había un poco de envidia, porque él nunca pudo vender un libro, una especie de odio sofisticado a esos bestseller que para su mente son absurdos y repetitivos, cero prosa, cero vida, cero importancia, deberían de matarlos a todos, pensaba, mientras se completaba la biografía con esquemas en su mente, escritor frustrado, no ese soy yo, escritor exitoso, escritor de "Dolor, la otra cara de la cobardía", escritor de "Dios es fuerza, fuerza es yo", entre otros nombres que parecían más que estúpidos imponentes de consejos un tanto peculiares, aplicables a algunas vidas, más no a todas, y qué diría Vallejo, le mandaría un heraldo y bueno, lo demás, Fernando Faith había nacido en La Victoria, en un barrio en el que diez familias compartían un caño y por supuesto, los negros odiaban a los cholos y viceversa, emigró a los Unites por un concurso de visas, y quién lo había puesto si ni con pasaporte contaba, ni siquiera él lo sabía, quizás es una de esas casualidades en la que dos personas se llaman exactamente igual, entonces, el mismo día de su entrevista de trabajo, en donde las entrevistas de trabajo para limpiadores de baños son solamente un hola y chau, o quizás también un hola y ¿cuando comienzas?, entonces no fue un contratado, sino fue un visado y dónde está el pasaporte, nada que en Azangaro no se pueda hacer, una cosa llevó a otra y el tipo se encontro en la misma chamba pero ahora en WE ARE AMERICAN PEOPLE, aunque la mona se vista de seda señores y todos esos clasismos limeños típicos de virreinato, si se pudiese aplicar en este caso, siempre hay una duda en todo caso, limpiando baños de un gimnasio de boxeadores, de ahí nació su idea, quizás de ahí, es lo que se dice, al ver tantos golpes, además de haber practicado un poco de ese deporte salvaje por su indiscutible amistad con el dueño del local, un ex-boxeador retirado de quien nadie sabe el nombre, el cual le enseñó el arte del esquive y los ganchos diestros, ahí pues, comenzó con el absurdo de su tesis y pasó así toda su vida dedicado a demostrar una sola cosa que según él cambiaría el mundo de una vez por todas: ¡El dolor está en la mente! Dos años después, el ilegalmente establecido Fernando Federico Sanchez Almíbar se había convertido en Fernando Faith, el hombre que cree en los milagros del poder de la mente, con casa en Malibú y Mercedes Benz en el garage, ¡si serán estúpidos en el país de la libertad!, y antes de que el hígado le explote a Paco, era mejor recordar el porqué de su repentina parada en ese preciso lugar, pisando la cola del mono rojo o será una de sus patas, en fin, habría que quedarse, puesto que fernando Faith para demostrar que no desperdició su vida en vano habría de aventarse hasta tocar costa verde sin sufrir daño alguno, porque como todos los buenos lectores de Fernando Faith sabrán, el dolor está en la mente. ¿Cuánto serán?, ¿200 metros incolume?, pero si este tipo habría de estar loco, más aun, habrían de estarlo la gente, un sadismo innato del que ni cuenta se dan, estaban en un espectáculo suicida, les faltaba la canchita y todo, pero no, porque como arduos conocedores del arte de la valentía y la divinización de las conecciones cuerpo-cerebro, cerebro-ambiente, sabrán y una vez más: el dolor... Miles de años de filosofía a la mierda y todo para parir un tipo que se tira a la costa verde, cero dialéctica, donde los Platones y los Aristoteles del hoy son nada más que reverendos estúpidos, propio la mierda de la mierda de Nerones y Hefestos, si se entiende la mediocridad del asunto. Algo había que hacer, si estos escasos que llegan a las cuatro cifras en cantidad no actúan, tendré que actuar yo, una vez más como en toda mi vida, esto solo me sucede a mí, penso Paco, y ya estaba a punto de vomitar porque su estómago, ciertas cosas las resiente, como en aquella vez en donde la dulce y hermosa Claudia, a la cual todos los chicos del barrio deseaban con gran entusiasmo, hizo un discurso en plena cita sobre los tipos de cholos que hay, hasta ahí estuvo normal después de todo, en el Perú el choleo es una constante y extensa costumbre y labor que se tiene que cumplir cual tazación del día a día, sin embargo, cuando Claudia estaba ya por pasar de los incanizados a los serranos agringados, difiriendo claro a los indianizados de los primeros ya mencionados, a Paco no le quedó más que vomitar, y nunca estuvo con Claudia, pero cuantas veces le deseó un cerebro nuevo para navidad. Así pues estaba Paco, preparado a detener cualquier intento de suicidio, así se tenga que pelear con los fans, que más que fans eran desquiciados. Debía detener esa masacre, apesar de todo lo que piense en el instante y de la envidia y de lo que Mallarmé dijiese en algún discurso cuando más joven que él, en el fondo Paco era una persona justa, con la moral distorsionada después de tanto Nietzsche, pero lo que le quedaba y que había resulto en el instante era que dejar que una persona muera estaba decisivamente MAL.

Por lo que había escuchado Paco, ya eran quince minutos en los que Fernando Faith había estado inmóvil observando posiblemente un ángulo viable por el cual caer, puesto que no solo es cuestión de pensar en la incolumidad con toda la concentración requerida, sino también son una serie de rituales orientales, evolucionados con el tiempo, el chi y entre otras cosas, buscar y conocer la forma correcta de como caer y en dónde caer, sea como sea a Paco le seguía pareciendo un acto sino de masoquismo extremo o de ritual infernal, de mera estupidez. No pasó casi nada de tiempo y casi sin que Paco se diese cuenta, ya estaban los medios entrevistando a la damita de su lado, ahora pues a evitar cualquier entrevista que él, de Fernando Faith sabía poco y no quería quedar en ridículo, pero bueno no era un pecado, puesto que ni a Bayli ni a Ortiz los había leído un gran qué, y a Vargas Llosa, obvio que lo pasaba, por las obras antes del nobel claro y por el boom y de ahí nadie más contemporáneamente y peruanamente hablando. Entonces mientras intentaba escapar escabulléndose entre la gente, se escuchó a través de parlantes que Paco nunca había percibido, la voz del gran, el inigualable, el amante de las cadenas fisio-mentales, Fernando Faith, aunque Paco no estaba seguro, era facil imaginarse, deducir el micrófono diminuto y sus ganas de ser más famoso de lo que en verdad ya es, típico de los perdedores, pensó. ¡Buenos días, mi gente!, tomándo posesión desde el inicio, este tipo debe ser más ego-tonto de lo que creí, pensaba Paco, todos estamos aquí para algo, proseguía Fernando, me lanzaré para demostrarles el poder de la fe en los sentidos, que aburrido, pensaba Paco, pero fernando no le dejó tiempo alguno para reaccionar, puesto que se aventó en cuanto dijo esa última frase, nada típico de un creído, pensó Paco que ni tuvo momento para detener al idiota, con una cara de impresión, volviéndose a cada milisegundo más blanco porque a cada milisegundo se iba dando más cuenta de lo que acababa de pasar, entonces a un nivel demasiado extendido de estupefacción dio un suspiro grande y corrió hacia el precipicio, cosa que hicieron todos los dementes detrás de él, que irónico, como comandando la manada que posiblemente representaba lo que más habría de odiar, al menos no tardaron mucho para arrivar, todo eso se estaba volviendo una tortura, más tardaron al intentar diferir si solo era un cadaver ensangrentado en el suelo o era Fernando Faith, el inigualable suicida nunca antes visto en acción.

venerdì 22 novembre 2013

Sogni, soltanto sogni

Questi sogni con te mi stanno uccidendo piano piano, peggio ancora, molto lentamente. Mi stanno torturando con il repentino apparire della tua immagine, quando non ci sei, e quando ci sei, mi torturano con delle scene che raffigurano i nostri baci sotto la pioggia. Mi torturano perché sono soltanto dei sogni, sogni e nient'altro, mi torturano perché paiono così reali. Ieri, ho toccato il tuo volto, lo puoi immaginare?, nonostante il discorso dello spazio personale, ma la cosa peggiore è che tu mi dicevi "amore". Mi sono svegliato così felice, ma in pochi secondi ritorni ad essere te stessa, così lontana da me, tu, tutto un'altro mondo cosi estraneo al mondo che sono io, mondi diversi precisamente posizionati per tutto tranne per amarci. Mi stanno uccidendo ti dico, l'altro ieri ti ho fatto l'amore e tuttavia al mattino dopo, mi vergognavo di salutarti, di domandarti, di fare tutte quelle chiacchiere che di piccole non hanno nulla, e di notte, catastroficamente, amarti come se fossi veramente vicino a me, come due vite diverse: "qua e là". E ovviamente io preferisco di là, ma non tutto è così "Supino, di notte", magari potessi andarmene a quel altro posto dove posso amarti lasciando questa vita in cui non sei al mio fianco, ma non lo farò, sopratutto perché non mi piacciono le bugie. E tutto questo è una bugia, i sogni, non mi uccidono, i sogni mi mantengono in vita, cioè che mi uccide è il fatto di averti intorno e non essere in grado di accarezzarti, anche il fatto di essere uno stupido ex-Casanova facendo finta di essere la persona più neutrale dell'universo. Che cosa detestabile!, questa mattina baciarti e domani al pomeriggio scoprire che non era vero, dovere limitarmi ad osservare (perché è quello che faccio), confinarmi ogni tanto ai tuoi occhi e augurarmi di continuare a sognare, e pregare affinché questo sentimento svanisca, perché esso finirà per farmi impazzire.


giovedì 21 novembre 2013

De la soledad para ti

Hace mucho que no vivo ninguna historia, ni tuya ni mía. Ya no es mi tiempo, lo sé, esas cosas solo se dan una vez cada ciertos años. Si lo desperdicié no tengo idea, si lo aproveche, pues ¡qué bien vivido! Ya no recuerdo cuando fue la última vez que lloré escuchando “Sailing”, ya no recuerdo cuando fue la última vez que sentí que estaba amando de verdad, que alguien giraba a mi al rededor por todo el mundo. Ya no recuerdo casi nada de los paseos de la mano en el parque, no recuerdo de qué hablabamos ni cómo lo hacíamos ni en qué circustancias. Ya no recuerdo cuánto me dolía cuando me fallabas, salir corriendo de una casa ajena, golpeando puertas, maldiciendo la estupidez con la que mi alma se tendía bajo tu risa. Ya no recuerdo cuántas sorpresas nos dimos, de seguro ni las esperábamos, estabamos simplemente ahí, y de pronto, todo parecía iluminado, la ilusión se alimentaba, todo comenzaba otra vez. No sé hasta qué punto podría seguir muriendo de soledad sin morir de verdad, lo que sé es que extraño lo que fuese que sea que me daba ese motivo, muy a parte de mi carrera y mi orgullo, ese motivo de andar sin cuidado por el mundo, sin pesimismo, riendo de todo y jugando a ser dios, contando siempre con alguien, alguien que pensamos, nunca fallaría y qué bien que lo pensamos, porque cuánto andamos sin miedo por esas épocas. Ya no sé qué es abrazar a alguien aferrándose hasta su conciencia sin ganas de soltarla, queriendo estrujarla con dulzura y besos rosa, no recuerdo qué es estar tan cerca de quién más se añora a cada segundo, cual es la dicha que se prueba tocando esa piel, cambiando miradas, definitivamente ¡la soledad me está matando! Lo peor es que no sé qué elegir, nunca sé qué elegir, estoy en búsqueda irremediable de algo abstracto, cuando lo sepa te contaré, no me decido, jamás me he decidido bien. A veces me pregunto si es parte de la vida, entonces, todititos vivieron este momento lúgubre en algún momento de su vida, pues si es así, ¿cuánto más durará? Y si no es parte de la vida, ¿por qué a mí? Si hay tantos rotos con descocidos, si las naranjas encuentran sus limones y viceversa, ¡no entiendo nada! Es obvio, es más dificil cuando se recomienza, pero ¿hasta cuando? El frío me hace recordar que estoy solo, el tren, la universidad, la casa vacía, las personas mismas, me hacen sentir que no estoy, tal vez no estoy, soy un espíritu más, maldecido por su soledad, destinado a no estar entre la gente, destinado a desaparecer con mi vaso de wisky y mi canna en la boca, con mi libro en las piernas y mi mirada de “yonofui”.

mercoledì 20 novembre 2013

Amor adolescente

En Otoño compré el sombrero gigante a forma de campana, todo para que no nos diera la lluvia, mi amor. Tú te molestaste, porque te encanta hacer el amor iluminada por estrellas y que en las mañanas los rayos del sol te toquen la cara, pero ya sabes como odio mojarme, sobretodo cuando veo una película o leo un libro. La última vez que nos entró la lluvia fue catastrófico, no me podrás reprochar que haya tenido que gastar un pedazo de corazón, además, mientras te tenga aquí, no te preocupes, no moriré. Si vuelve a entrar la lluvia, lloraremos, y yo, romántico detestable, daría lo que sea para no verte llorar. Ahora tenemos un techo y su copa es de dimensiones envidiables, el tipo que me lo vendió es en verdad un experto, se dio cuenta de que tampoco teníamos almohadas de pluma, ¿En dónde se supone entonces, que usted y su esposa se aman?, me dijo. Esposa, ¿te das cuenta?, si supiese que solamente nos amamos más que a nadie en este mundo, pero es cierto lo de las almohadas, así que prometí darle la próxima vez medio corazón, no te preocupes, esto va por mi cuenta, es que me estoy comenzando a cansar de estas flores que ya están muy secas y me pintan de amarillo cuando me desnudo y a ti de rojo. Fui a la universidad amarillo y pensaron que estaba enfermo, sabrás, no todos acostumbran revolcarse en sus plantas, menos si están secas, y yo les dije que no, que no tengo almohadas donde hacer el amor ni un techo para poder ver las estrellas y ellos insinuaron que quizás yo no te amaba. No sé cuántos corazones más tengo que perder para demostrar que sí, sobretodo a ti que nunca te convences, ahora odias el sombrero y también odiarás las almohadas y pensarás como ellos, a pesar de mis versos, mis trazos y mis caricias. Ya no sé qué hacer, menos ahora que plantaste más flores y cortaste en retazos la corona, ¿Acaso no me amas?, a mí que soy capaz de regalarte todos los corazones del mundo. Entiendo que mientras los robaba para ti, me volvía cada vez más despreciable, pero ya vez que no importan unas cuantas vidas cuando de ti se trata. Ahora, nadie más me quiere porque no tienen corazón y al parecer, tampoco tú, porque soy capaz de todo por ti, ojalá no te enamores del vendedor.


domenica 17 novembre 2013

Dejemos hablar a los genios (A mi abuelito)

Estar ahí y sentir que llueve por dentro... No es como dicen, en realidad, no es como quieren creer, tampoco como creen. Todos piensan que pueden sentir como tú, darte algún tipo de fuerza a través de frases que practican una y otra vez, y no lo logran. Algunos poco bondadosos de alma, de seguro habrán pensado: si no llora, no lo quiere. Si supieran... 

A veces yo mismo me pregunto el porqué y es que se tiene que ser fuerte cuando se debe de ser fuerte, muy aparte, mi cabeza ocupaba al 100% recuerdos mal gastados, era peor en mi lugar, yo lo vi sufriendo y quería que no sufra. En esa reducción, en ese absurdo estado, con el orgullo que corre -aquel poco que queda- y se vuelve más poderoso, yo también hubiese preferido irme, largarme de la humillación de este cuerpo que no tiene nada más que ofrecer. Sin embargo, todo fue tan repentino, tan defasado de época, de los discursos de historia y política, nos pasamos en un abrir y cerrar de ojos a los pañales, las visitas esporádicas, las lágrimas y el adiós. 

Es claro, no lo sabrán hasta que pase; yo lloré su ida dos meses después y lo digo con orgullo, porque la lloré como tenía que hacerlo, cuando precisamente sentí que no podía seguir siendo el más fuerte, porque sin él mi mundo se había venido completamente abajo, y no señores, no hablo de bienes materiales, los cuales por supuesto me hubiese ofrecido sin pensar, estoy hablando de algo más grande, de quién en verdad por esos tiempos me preguntaba cómo estoy, de quién me esperaba por las noches preocupado a que regrese, y yo cuánto me odiaba cuando abusaba de su confianza, pero ya ven como son los adolescentes, yo no entendía de eso, me costaba rechazar la libertad que me había ganado, esa libertad a medias que junto a sus palabras eran mi mejor terapia para no morir, para no caer en eso que muchos de mis colegas extemporáneos caían, sobre todo los malditos. 

Yo sí que sentí su ida, yo no esperaba que un pésame me mejore, hubiese preferido no escucharlos a todos, lo hubiese enterrado yo mismo y me hubiese ahorrado las absurdas palabras dichas en el discurso de uno de sus tantos ex-compañeros, para mí no valían nada. Yo lo hubiese inmortalizado si me lo hubiesen pedido, a lo sumo, si mis bolas hubiesen sido más grandes, pero ya me ven, esclavo de mi cobardía, tener que reducirme a argumentos insulsos, aun peor, a las personas que envés de llorar su partida lloraban su actual soledad que ni acababa de empezar con tal egoísmo que hasta ahora me cuesta creerlo y me causa repugnancia. 

Me criticaban muchas cosas como si aún fuese un niño, que curioso que él hubiese tildado de niños a los que me criticaban envés de a mí. Él depositaba un infinito de confianza en mí, reconocía mi talento -la única persona que lo hacía por esa etapa de penumbra-, pero esas confianzas no nacen de la noche a la mañana, esas se ganan, yo le había devuelto su niño interior y él me había devuelto una familia, ambos eramos una razón de vivir, cuando yo lo había perdido casi todo y él tenía de sobra lo aburrido, no entenderán, ni siquiera saben de la complejidad de sus pensamientos y su ceguera limitada a ver en mí mi bohemia y nada más no les dejará saber lo que yo, ni lo que él. 

Quisiera haber podido tener el dinero y haber terminado antes del siniestro, porque eso era lo que él deseaba con el alma, porque si después de los fracasos en quienes había confiado, nadie más en su vida podría ser como él o más, existía todavía yo. No lo hirieron como creen esas noches de desvelo, no empeoraron su caída, le di al menos un motivo de vivir y me dio también a mí un motivo de seguir viviendo, tal conexión no se consigue así nada más: "con tal que estudies". Porque era de brillantes para brillantes, una herencia que a base de sufrimiento y libros, ¿qué sabrán? 

Qué estúpido teatro el que se formaba en mi vida, mi sonanbulismo, mi anciedad, mi paranoia: mi soledad. Para curarme solo estaba él y es obvio, me arrepiento de no haber estado ahí para curarlo yo a él. Aunque todos sabemos que no hubiese podido y además, eso a él no le hubiese gustado: "los genios no hacemos eso". Pues los genios tampoco nos enfermamos de tal manera, preferimos la muerte, habrás pensado. Puedes estar más tranquilo, pues hice caso absoluto a todos los mensajes implícitos que a lo largo de mi vida me diste sin decirlos, incluso las indicaciones del final, cuando la despedida. Seguí estudiando, quizás no en Perú, pero en Padova y ahora al menos veo también a mis hermanos; el ligero cambio de carrera no costará caro, casi ya sé la historia tanto como tú y desde varias perspectivas, intentaré sobrevivir por un tiempo acá, gracias por cuidarme cuando no estoy muy conciente, aunque no lo creas, yo siento tu presencia. No te preocupes, llevaré conmigo mi diploma y seguiré siendo así de altruísta con el conocimiento y de liberalista, y un poco bohemio aunque no te guste. Ten fe, la meta no ha cambiado, solo los planes se desviaron un poco y veamos cuánto más lo hacen, hasta volvernos a ver. Gracias infinitas por el ajedrez en las noches, por el rompecabezas mucho antes, por tus historias de amor, por tu confianza y gracias por ayudarme cuando creía desaparecer.

PD: Saluda a mi otro abuelito, a quién no conocí, quizás soy muy ingrato, pero es que no tengo el recuerdo que deja cariño consigo, espero le hagas entender. Hasta pronto.


La Magia

Así pues, me amabas, aunque sabías que iba a soltar por ahí -inevitable en algun rincón del hogar, en ese nido de pétalos cuadrados- alguna de Saffo, y aunque no sepas quién es, te gustará. Y me hablarás de lo torpe que fuíste cuando el profesor te recalco en frente de toda la clase que la pronunciación de "qu'est ce que" es "Kesk" y no "keseke" como habias pensado durante meses (tú y tus neologismos italianizados). Y yo te diré que en la fonética y los acentos y ya sabes lo demás, o parece que lo supieses, porque no lo escuchas, te limitas a observar mi mirada y el movimiento de mis labios, como queriendo trascender y llegar hasta las cuerdas, contárles que, la e y la o, son también distintas en italiano, que no son castillescas como mi lengua, y asientes como testigo ausente, luego me besas y de qué forma, parece que mi manera peculiar de expresarme enciende tu sexo, resuelve cierto pacto del qué diremos y actúa como por instinto a una estimulación sonora y que bien lo hace, pero te detendré para que me hables del libro que te regale y dirás que Samsa es repugnante y yo te diré que su familia es aun peor y no sabrás qué decir, porque a tus ojos, la apariencia... 

Ya sabes que te resondraré con una lluvia de cosquillas y de besitos cerca del vientre, por eso aún no terminas de leerlo, por eso cuando te enseñé el alfabeto de Lynch solo querías saber que era grotesco y nada más, te traumatizaste de por vida y hasta ahora desistes en cualquier intento de ver algo que sea de él, esperando tus besitos tendida en la cama. Ese trauma despertó un par de noches después a una fiera indomable, una cara que no me habías enseñado de ti, como cuando luego de fullmetal jacket te decidías por un orden absoluto en la posición de las cosas, lograste que en la repisita enclenque quepan los hugo boss y las recetas médicas para el valium, ojalá hubieses también encontrado las de la marihuana. Me pedirás que te haga el amor y yo me preguntaré a dónde se fue todo tu pudor, ese que andaba por ahí con tus trece, esa vergüenza ajena de ver cualquier otra desnudez, y la duda, quedará sin respuesta, porque inmediatamente te diré que sí y te desvestiré sutilmente entre nubes de color rosado y esa canción de liberación que tanto te gusta, y esta vez no, no discutiré sobre la valía de la música electrónica como arte, porque esta es la escena importante y esa no se puede reemplazar, entonces, luces, cámara y accion.

Me encanta tocarte, repasarte una y otra vez como si te estuviese volviendo a crear, te dibujo y luego inevitablemente te pinto de deseo, te pinto de rojo y me pongo los cuernos, y tú me muestras los estoques que yo no quiero ver y me hundo, me hundo en tierras que creo conocer, me hundo en la ilusión del regocijo. Lo sé, siempre lo has hecho, comienzas a preguntarte si en todo ese acto divino, en algún momento, pensaré en ti, si de entre todas las novelitas, las pinturas surealistas, las películas modernas y la concepción del rock, te encuentras todavía ahí, te preguntas si hay todavía un espacio pequeño, un tanto diminuto, a través del amor, del coito, de la resurección, en dónde quizás, aparezca tu nombre (has dudado tanto), y a mí me gustaría tanto responderte que sí mientras me adentro en tu sexo y rozamos las lenguas, que no solo eso, que hay un mundo entero lleno de edificios con tu nombre, con tu forma de ser independiente y tu confusión artística pintarrajeada en las paredes, en ese mundo, en el que tú eres el centro y también los límites, te encuentro en mis sueños, cuando a veces no estás y cuando estás también, porque es casi indivisible conmigo, es un mundo tú, toda una forma distinta de ser, una religión que abarca a las demás, ¡qué Jesús ni que Maitreya!, tú creas y das, tu sedes por sobretodo y sedes a mí, al mundo yo. Pobre psicología, si te conociese, si hasta ahora creen conocer a alguien, pero ya sabrás, tú eres especial, eres mi loquita a domicilio, que Psicoanalisis del cazzo, ni que YO, que te estudio un millón de veces al día y nunca logró deducir qué dirás, aunque todo esto no te lo creas (dirás que siempre he sido así, que lo hago solamente por el bien de las palabras y de mi ego, nunca en realidad creíste que algo lo hacía por ti, ojalá alguna vez lo hubieses sabido), y bajas casi a mis rodillas con la lengua sedienta, porque también tú tienes el derecho, porque no te comiste los regaños de tu madre y la filosofía de Spinoza en vano, porque estás hinchada de Les fleurs de qué, "iu", amor, no "u", porque a pesar de saberte mi diosa, dudas aún de tu grandeza, y lo tomas con tanta inpanciencia que veo en ti la fiera que tomo de los cabellos y quiero volver a penetrar. 

Tú corriste hacia mí para endulzarte de pecado, muy aparte de tu interés intelectual, muy aparte de tu ignorancia que te gusta preservar (esa cabeza estancada de quién sabe qué shows), muy a pesar de mis críticas, porque en tu diccionario yo y amar es lo mismo, tú corriste a mí porque cuando nuestros cuerpos se juntan no se despegan, se llevan incluso mejor que nosotros, tú viniste para amar, para que luego de que lo hayas saboreado te ponga de espaldas y recomience mi proceso, esta vez con más vigor, y me pidas más y nazca tu lenguaje-intimidad, ese que me confiaste luego de un par de botellas de Mártin, y con ese lenguaje nazca la malicia que es tan deliciosa, me desgarres con los dientes los dedos y te pongas a gatear como una niña, todo tan perfecto, tan coordinado, cada vez con más locura y velocidad, y de esa misma forma, tan veloz y apurada, me has de dejar por la mañana, cuando vuelvas a los 4(20)(2) y la fuente ovejuna, y te preguntes el porqué un vez más, y a pesar de que tu cuerpo estará ahí, tu espíritu continuará acá, haciéndome el amor y yo, luego de pintarte y de exponerte en poesía lo que no te enseñaron los cinco años de liceo sobre il dolce stil nuovo, desgarraré tu piel, jugaré con las plumas que andan en tu dentro, saltaré en la cama para verte sonreir, esperaré a que termines de interpretar Les miserables, porque es la única parte del arte que te gusta (no sé si lo haces por actuar o por el maquillaje, pero te sale espléndido, sobretodo cuando haces de Beatrice), casi tan espontánea, que me enamoro todavía de ti, y te veré, a través del sol para terminar lo que hace algunos años comenzó, y nos iremos durante la noche -y no terminaremos jamás- muy cerquita a la luna, en dónde el mar canta y la arena es el mejor toilette.